¿ ESTOY DANDO FRUTO EN TODO TIEMPO?

 

Como mujer siempre pretendo ir por el camino de la superación personal en cada una de las áreas de mi vida y solo puedo conocer si voy por este “buen camino” cuando mi esposo y mis pequeños reconocen eso en mí. No saben la satisfacción de mi corazón cuando recibo un elogio de parte de ellos, es como si nuestro mismo Señor, me dijera: ‘Buena Glorita, sierva y fiel, en lo poco has sido fiel, en lo mucho te pondré’. Es tan gratificante saber que lo estoy logrando, pero no solo por decisión personal, sino por que Jesús vive en mi corazón y solo Él puede producir ese fruto en mí.

Pero, ¿qué pasa cuando no lo logro, cuándo no llego a ese nivel? ¿Qué pasa cuándo fracaso, cuando pierdo la batalla? ¿Me sumerjo en la culpabilidad ? Y si en vez de elogios recibo crítica, condenación, exposición y me siento desesperada, perdida o depresiva, ¿acaso perdí mi batalla o Jesús se olvidó de mí? ¿Será que Jesús no quiere que sea feliz? Entonces comienza a surgir algo en mí que no puedo maquillar, ni disimular… Porque es en los momentos más conflictivos que sale la verdad de quién realmente soy, y eso duele, y eso desanima, pero es la VERDAD que debo identificar para luego buscar una solución.

Jesús dice en Juan 15:1-5 ‘YO SOY LA VID VERDADERA’ en otras palabras, ‘Yo soy el Fruto Verdadero’ y esta misma declaración la dice la noche antes de su muerte. ’Yo Soy’, nombre de Dios y atributo de Dios verdadero. Jesús es la expresión perfecta de la verdad divina y como VID es la fuente de vida que produce mucho fruto y ese fruto es verdadero, no es fingido, no es copiado, es real, es genuino. Jesús es la fuente de vida de Dios que es derramada a todos sus hijos que permanecen en Él y por consecuencia, llevan mucho fruto.

La vid representa a un árbol plantado en la tierra que simboliza a Jesús con toda su HUMILDAD al venir a este mundo en forma de hombre, plantado en la tierra. Muestra UNIÓN entre JESÚS y sus ramas (HIJOS) y muestra DEPENDENCIA entre las ramas (HIJOS) y la vid JESÚS.

JESÚS, es la vid.

NOSOTRAS, sus ramas.

FRUTOS, es la consecuencia de estar unidas a la vid, fuente de Vida, Jesús.

Entonces como “rama”, yo debo llevar fruto aun cuando estoy en mis días grises porque estoy unida a Jesús, y aún cuando Él estaba a punto de morir dio un fruto de paz, de templanza… de amor. Entonces, si quiero llevar ese fruto primero debo ESTAR UNIDA a JESÚS, porque por mí misma nunca lo lograré y debo DEPENDER PLENAMENTE de SU FUENTE DE VIDA. El problema es cuando no estoy dependiendo de esa fuente de vida. Pienso, ¿de qué estoy dependiendo entonces? ¿de mis emociones, de mis financias, de mis problemas, de mis relaciones? ¿qué fruto produzco cuando estoy fuera de mi comodidad, cuando no tengo el control?

Y esta es la verdad: De lo que yo dependa, esa será mi vid, mi fuente de todo, a quién pertenezco. Y si no es Jesús, entonces estoy en un gran problema y debo solucionar esto primero. Es mi prioridad. ¡¿Qué hago entonces?! Vuelvo a mi dependencia a Jesús, esa en mi solución. Me arrepiento y busco de Él. “Jesús vuelve a ser mi plenitud, vuelve a ser mi fuente de vida de forma consiente e integral…” ¿Y sabes qué es lo siguiente que ocurre? ¡VUELVES A PRODUCIR FRUTO Y BUEN FRUTO!

“Señor trae tu Reino nuevamente a mi mente, a mi corazón, trae la revelación de tu fuente de vida a mi corazón. Yo soy tu “rama” y estoy llamada a llevar TU FRUTO. En el Nombre de Jesús, amén.

Oro para que vuelvas a LA VERDADERA FUENTE DE VIDA.

Con Amor,

Glorita.

 
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