TODO ESTÁ BIEN
Hace unos días, mientras intentaba ser perfecta y la mejor en todo, tuve un ataque de ansiedad. Tener a mis hijos en casa y ayudarles con sus clases ha sido todo un reto para mí, ¡mis respetos para los maestros! No sabía si lo estaba haciendo bien y de pronto todo se salió de mi control. Mi mente estaba bien pero mi cuerpo resintió todo el estrés. Empecé a sentirme mareada y estaba casi segura que me iba a desmayar. Sentía una presión muy fuerte en el pecho y la cabeza y no sabía qué me estaba pasando, me sentía muy débil. Oré y me recosté un momento y mi cuerpo estaba tan agotado que me gritaba "¡ya no puedo más!".
Al final del día, mi esposo se hizo cargo de los niños, los atendió y los acostó a dormir. Yo me encerré, me tomé un baño calientito para relajarme y puse alabanzas. En ese momento Dios me abrazó y me dijo, “Jessica, todo está bien”. Yo le dije, “Sí, ya sé que todo va a estar bien”, entonces Él me respondió como un recordatorio, “SÍ, porque YO SÍ tengo el control de TODO.”
En estos días Dios me ha demostrado que el enemigo aprovecha cualquier momento para atacar (ataque de ansiedad) pero, ¡Dios siempre tiene la victoria! Las mentiras del enemigo siempre son las mismas: compararte con alguien más, hacerte creer que no eres suficiente y que entonces tienes que hacer más de lo que ya haces; y que tienes que alcanzar los altos estándares impuestos por la sociedad. Vemos a muchas mujeres que en este tiempo están aprovechando para hacer mil cosas (o eso parece), y sí es bueno mantener tu mente ocupada para "no volverte loca" en esta cuarentena pero, ¿qué pasa cuando tratamos de más, cuando queremos tener todo a la perfección, hacer cosas nuevas, descubrir talentos nuevos? Nadie nos está pidiendo que hagamos todo eso.
Quiero el día de hoy decirte que, TODO ESTÁ BIEN. No solo lo digo por la situación de salud que enfrentamos, sino por tu familia y tu casa. La perfección no existe en nadie más que en Dios. Te invito a descansar en Él, tómate un día o los que necesites para disfrutar y no hacer nada. Dios no nos exige una lista de mil actividades y aunque el enemigo trate de hacerlo, lejos de mantenernos ocupadas, lo que Dios busca es nuestro corazón.
Te comparto esto hoy porque sé que no soy la única que ha experimentado estos ataques de ansiedad, pero mi anhelo es que esto te bendiga a ti que estás leyendo y que sepas que no eres la única, no estás sola, Dios esta contigo y Él te ama. Sus promesas para tu vida siguen vigentes y Él sabe por lo que estás pasando. Relájate, confía y no busques perfección, sino busca al único perfecto: Dios.